Moteros elegantes y solidarios que rompen estereotipos

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Ser motero es mucho más que ruedas, carretera y cazadoras de cuero. De hecho, existen asociaciones que emplean su afición con otros fines, especialmente solidarios, rompiendo los estereotipos ligados a este mundo.

Es el caso de la asociación The Distinguished Gentleman’s Ride que cambia la chupa por el traje con pajarita, un requisito necesario en sus concentraciones. “Se trata de eliminar los estereotipos que existen en torno a los moteros”, precisa Bruno Pastor, uno de sus integrantes. La asociación está formada por profesionales de diferentes sectores, como abogados y profesores, Y también hay mujeres.

Otra condición para ser socio es tener una moto vintage. Las concentraciones se hacen un mismo día en muchas ciudades distintas y con participantes de todo el mundo. “En las redes sociales puedes seguir cada uno de los eventos”, explica Bruno.

Se buscan lugares emblemáticos de cada ciudad donde se exponen las motos y sus dueños, elegantemente vestidos. Además, estas concentraciones sirven para hacer turismo, socializar con los compañeros y conocer las motos del resto de los participantes. “Son motos antiguas y originales, y los moteros lucen sus mejores galas; es realmente divertido”, señala Bruno.

Tras la exposición, se realiza un paseo con unas reglas: no circular a más de 50 kilómetros por hora, no acelerar en las rectas y no perjudicar la imagen de la asociación.

Además de elegantes, estos moteros son solidarios, pues sus marchas tienen como objetivo recaudar dinero para la investigación contra el cáncer de próstata y contra las enfermedades mentales. También hacen concursos en los que participan marcas que financian y se involucran con este tipo de causas. Es el caso de Triumph, una firma británica de motos clásicas; y Zenich, una marca relojera de lujo. De esta manera, “contribuimos a crear la imagen del caballero motorista”, afirma Bruno.

Peña Los Indomaos de La Algaba

También solidaria es la Peña Motera ‘Los Indomaos’, fundada en el año 2010. Con sede en el Estadio Pedro Bazán de La Algaba, nació de “las inquietudes de un grupo de amigos aficionados a las motos, que fue creciendo debido al propio crecimiento del pueblo y a la pasión por la motocicleta”, afirma Juan Antonio Andrades.

Juan Antonio se reúne con sus compañeros los festivos y trazan rutas para hacer lo que les gusta: “sentir el viento en la cara y disfrutar de la carretera y de la naturaleza’”. Cambia su habitual traje de chaqueta por el atuendo motero para apretar el acelerador y sentir la carretera. Es miembro de la Peña Motera al igual que otros socios que se ganan la vida trabajando como mecánico, pintor, albañil, agente de seguros… Además de un buen número de mujeres, que son “el pilar básico de nuestra entidad”, indica Andrades.

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Organizan concentraciones, y las planean de modo que no coincidan por fecha con las de otras peñas. Para ello, celebran reuniones con otras asociaciones moteras prevaleciendo el orden de antigüedad de las mismas.

Llevan a cabo actividades deportivas tales como carreras nocturnas o la Ruta del Azahar. En el Carnaval de la Algaba abren camino con sus motos al Pregonero desde la Plaza de Toros hasta la Plaza de España dándole colorido a la comitiva y también, por qué no decirlo, mucho ruido.

Otro evento es la ruta baritina visitando sitios emblemáticos y “dando buena cuenta de nuestra gastronomía”, confiesa este motero. Y el 31 de diciembre hacen una entrega floral a la Purísima Concepción de María Coronada en recuerdo de los compañero fallecidos.

Al mismo tiempo, piden la colaboración ciudadana en forma de alimentos no perecederos que entregan a Cáritas. Afirma Andrades que “el motero siempre ha destacado por ser leal, respetuoso y solidario”. Y como tal, en diciembre reparten juguetes para los niños de las familias más necesitadas de La Algaba. Para ello, cuentan con la ayuda de entidades, empresas, particulares y sus propias donaciones. Este año, el 16 de diciembre, se vestirán de Papá Noel y entregarán regalos. “Cada año hace falta una furgoneta más grande”, cuenta con satisfacción Juan Antonio. Y añade: “la carita de felicidad de esos niños lo merece todo”.

Al igual que los moteros de traje y corbata, quieren desmitificar la imagen del motero para no caer en estereotipos o equívocos. No se puede juzgar a las personas por su apariencia porque “ese motero resulta que es médico y un día te puede salvar la vida”.

Ángeles Barrios Cancelo

Reportaje publicado en La Crónica de Sevilla

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